No desmayes ... Dios responderá

“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar” Lucas 18:1-3

La parábola que contó Jesús para enseñarnos a orar siempre y no desmayar nos habla de persistencia, la cual necesitamos ante oraciones cuyas respuestas aún no llegan. También nos habla de que es normal – pero evitable, por supuesto – el hecho de desmayar cuando esto sucede. Así es: el hecho de que la respuesta esté tardando mucho para ti, no significa que no llegará; porque Jesús nos dejó ver que esto podría pasar y nos dio enseñanza sobre cómo actuar cuando estamos en esta situación.

Comencemos por revisar qué significa “desmayar”. Según el Diccionario de la Real Academia Española desmayo significa “desaliento y desánimo”; y también “desfallecimiento de las fuerzas”. Esto es cuando la respuesta que anhelas o necesitas tarda y tarda, y llega el momento en que te cansas de esperar, sientes que no puedes más y verdaderamente desfallece tu alma, a veces al punto de que también físicamente sientes que no das más. Tiene que ver con el desánimo, que nos hace ver todo negro y no vemos salida.

Ante esto Jesús nos manda a orar siempre. Más adelante en el versículo 7 Jesús, comparando al juez injusto que finalmente responde ante la insistencia, dice: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?” Con esto nos quiere dar la confianza de que si clamamos a Dios día y noche él responderá sin demora.

Entonces, pon tus ojos en que Dios es bueno, en que Dios te ama asombrosamente, en el hecho que de Dios es el poder y en que Jesús mismo nos exhorta a no rendirnos ante las dificultades ni ante las cosas que para nosotros son imposibles, porque para él nada hay imposible y para el que cree, tampoco.

Pon en acción lo que Jesús nos manda en esta enseñanza: Clama a Dios de día y de noche, ora siempre, no te desanimes… y Dios, de cierto, responderá.