Sin duda una de las búsquedas
fundamentales del ser humano es el experimentar alegría, disfrutar, tener
contentamiento. Y esa es una búsqueda legítima, fuimos diseñados por nuestro
Creador con el anhelo de tener gozo en nuestros corazones, especialmente Su
gozo. Él tiene los mejores planes para nosotros, planes de bien y de esperanza
(Jeremías 29:11).
Ese gozo que Dios nos ofrece a
manos llenas, es, por un lado, un gozo
que puede ser resultado de recibir sus bendiciones en nuestra vida, por eso
Jesús nos anima a pedir para que recibamos y así nuestro gozo sea cumplido (Juan
16:24). Pero también es un gozo que no depende de nuestras circunstancias, el
dulce acto de regocijarse en Dios aunque lo que nos rodea humanamente (y
diabólicamente) nos invite a la tristeza
y el desánimo (Habacuc 17 y 18)
¿Cómo encontrar el gozo?
1.- El gozo es resultado de confiar en Dios
Aún en esos momentos en que las
cosas que anhelamos parecen lejos del alcance de nuestras manos, incluso cuando
vivimos situaciones difíciles y dolorosas y tenemos problemas a los cuales no
le encontramos solución, si confiamos en que tenemos un Dios poderoso, que nos
ama profundamente, cuya misericordia es para siempre; un Dios que nos ha
prometido responder nuestras oraciones, cumplir nuestras peticiones y cambiar
nuestro lamento en baile; entonces tendremos un gozo que se deleita en Su amor
y bondad, y un gozo que anticipa las hermosas y poderosas respuestas a nuestras
oraciones (Salmos 28:7).
2.- Encontramos gozo en la presencia de Dios
Busca a Dios, y no solamente para
recibir de su mano la respuesta a tus peticiones, las bendiciones que anhelas.
Búscalo en adoración y en oración para estar con Él, para meditar en su Palabra
y escucharlo a Él, tendrás la forma más elevada de gozo, te deleitarás en el
Señor, entenderás sus propósitos para ti, recibirás revelación y gustarás de su
amor (Salmos 16:11; 86:4; 94:19).
3.- Meditar en Su palabra, nos trae gozo
Hay promesas de prosperidad y
éxito si meditamos en la Palabra de Dios (Josué 1:8; Salmos 1:2 y 3); y leer, escuchar y meditar en la Biblia produce fe (Romanos
10:7) y la fe es el medio por el cual recibimos respuesta a nuestras oraciones.
Pero también Dios nos enseña por medio de su Palabra, que meditar en ella produce
gozo y deleite en nuestros corazones (Nehemías 8:12; Salmos 19:8; Salmos
119:111).
4.- Las peticiones contestadas producen gozo
Cuando nuestras oraciones son
respondidas se llena de gozo nuestro corazón, de hecho ese es uno de los
propósitos de Dios, que tengamos gozo al ver su poder manifestándose en
nuestras vidas (Juan 16:24). Esperar en Dios, confiando en que él nos librará
de nuestras angustias y responderá a nuestro clamor, puede ser duro cuando
miramos las circunstancias adversas, pero Él nunca defrauda y cuando llega el
día en que Dios convierte nuestro lamento en baile, habrá valido la espera y no
solo nos llenamos de gozo porque El cambió las cosas para nosotros, sino por el
deleite de ser testigos de su poder y su misericordia (Salmos 21:1-3; Isaías
25:9).
5.- El gozo de ser redimidos
Cuando aceptamos a Jesús como
nuestro único y suficiente salvador, invitándolo a entrar en nuestros
corazones, recibimos vida eterna dejando atrás la condenación (Romanos 6:22 y
23), somos librados de la potestad de las tinieblas y trasladados al reino de
Jesucristo. El Señor nos exhorta a regocijarnos (gozarnos) de que nuestros
nombres están escritos en los cielos, porque de
todo bien que una persona pueda soñar y recibir en la vida no hay uno
que se pueda remotamente equiparar con recibir la salvación (Mateo 13:44), ser
hechos hijos de Dios y que nuestros nombres estén inscritos en el libro de la
vida, lo cual nos garantiza la entrada al cielo (Apocalipsis 21:27). Si no has
recibido a Jesús como tu salvador, te invito a que lo hagas ahora, Él entrará
en tu vida, le conocerás, sabrás Su hermoso propósito para ti, tendrás un
destino de victoria y luego la vida eterna. Si ya lo hiciste regocíjate sobre
todas las cosas que tu nombre está escrito en los cielos.
¡Que Dios te llene de gozo y paz,
y te colme de bendiciones!
No hay comentarios:
Publicar un comentario