Hace unos días, estaba en mi devocional pidiéndole ayuda y dirección al Señor por alguna metas y proyectos. Comencé alabando a Dios, luego orando. Luego le pedí un texto para
meditar en él. Abrí la Biblia y sentí que era Proverbios 31:10-31, y me
sorprendió porque le pedí un pasaje bíblico que tratara sobre finanzas; pero
siguiendo el sentir que tuve comencé a leer y estudiar ese pasaje, pero
enfocándome solamente en lo relacionado con los negocios y las finanzas.
Encontré importantes lecciones que necesitaba conocer o al menos recordar. Me hizo ver más allá parámetros que
imperan en nuestra cultura: consumir, ahorrar para gastar en cosas que nos
gustan o que nos dan prestigio, enfocarme en que me reconozcan y me den en
lugar de ganarme a pulso las cosas, entre otros.
Primero
leí todo el pasaje 2 veces. Luego seleccioné los textos que tratan
el tema financiero: 13-19, 21,22, 24, 25 y 27. Posteriormente apliqué el Método
Devocional que muestro en este link: http://mensajerosesperanza.blogspot.com/2009/07/deleitandonos-en-su-palabra-traves-del.html, el cual recomiendo ampliamente para
meditar en las Escrituras. Y, finalmente, listé las lecciones de prosperidad financiera que extraje con la ayuda del Señor.
Como resultado, obtuve los siguientes consejos en cuanto a hábitos enseñados en este pasaje que conducen a
una próspera gestión financiera:
1.- Sé madrugador(a),
trabajador (a), laborioso (a) : esto significa desarrollar autodisciplina. Alguien
definió la disciplina como hacer lo que te conviene aunque no sea lo que más te
plazca en un momento dado y David Campbell (citado por Stephen Covey, 2006)
afirmó que “disciplina es recordar lo que uno quiere”. Es decir, si te pones
metas y las mantienes presente en todo momento, tendrás la fuerza de la
motivación para hacer lo que se necesita aunque no sea cómodo.
2.- Mira a tu alrededor y considera qué recursos y herramientas tienes:
materiales, aptitudes, habilidades, experiencias de trabajo, conocimientos,
etc. Entonces toma lo que tienes a tu alcance y trabaja en ello con excelencia y ponlo a la venta. Esto puede
significar que si sabes muy bien inglés des clases, que si eres experto(a) en
redes sociales ofrezcas tus servicios a empresas (pequeñas, medianas y/o
grandes) para gestionarle su marketing a
través de éstas, que si te encantan los niños y tienes mucha paciencia busques
trabajo en una ONG para atender niños huérfanos, o si sabes hacer deliciosos
dulces los vendas. Hoy en día hay muchas formas gratuitas de darle publicidad a
nuestros servicios.
3.- Haz más de una cosa que
te genere ingresos si te es posible. Aunque en este pasaje esto se refiere directamente a
las personas que tienen sus negocios (pequeñitos
o grandes), pienso que esto tiene
también relevancia para los empleados, porque además de permitirles ganar más dinero es un
“seguro” contra el desempleo en caso de que te despidieran. Eso sí, sin perder
de perspectiva la necesidad de llevar una vida equilibrada dándole prioridad a
Dios, a ti mismo(a), a tu esposa(o) y familia.
4.- Desarrolla conocimientos,
habilidades, destrezas. Mantente siempre creciendo, con deseos de saber, aprovechando tu
potencial. Esto te dará más valor y, por ende, te permitirá mejorar tu situación
económica. Esto implica también desarrollar habilidades y destrezas para
mejorar el hogar y economizar (por ejemplo aprender a reparar artefactos, hacer
adornos, ropas, etc.).
5.- Trabaja con esfuerzo y
determinación,
ya sea en tu empleo, pasantía, negocio propio o en el hogar. Poco después de ese tiempo de oración y meditación en esta
porción de las Escrituras, tomé un libro que tenía años de haber leído y en uno de sus apartados explica esto de una
manera muy útil. Anthony Robert (1992), quien alcanzó grandes niveles de
prosperidad financiera, enseña a sus lectores algunas lecciones para crear
riqueza duradera, y la primera me impactó, especialmente a la luz de lo que me
había dejado este estudio: “la clave que conduce a la riqueza es ser más
valioso”. Ese valor radica no sólo en el desarrollo de habilidades,
conocimientos especializados, como decíamos antes, sino pensar creativamente cómo
contribuir más y mejor con tu empleador, clientes, compañeros, comunidad, pareja,
familia, etc. Esto requiere esfuerzo y determinación. Según este autor, la manera
más importante (si no la única) de
lograr prosperidad es “añadir verdadero valor a las vidas de las personas” Implica
estudiar modos de superar las expectativas, de dar solución creativa a
problemas existentes, de correr la milla extra.
6.- Escoge bien tus
proveedores en cuanto a calidad y precio aunque eso implique el esfuerzo de ir
más lejos.
7.- Sé previsor (a): eso significa “ver” las
cosas o las situaciones antes de que sucedan, adelantarte a las eventualidades.
Y no solo verlas con anticipación sino prepararte para ellas de manera que
cuando lleguen tú estás bien preparado(a). Este hábito te permitirá afrontar
confiado el porvenir.
8.- Ten la mira en invertir para obtener beneficios: por ejemplo, comprar un bien para ponerlo a producir. En general, no tenemos una cultura de inversión pero esto es fundamental para tener prosperidad financiera. Para invertir, primero hay que tener el hábito de ahorrar. Pídele a Dios sabiduría en esto.
8.- Ten la mira en invertir para obtener beneficios: por ejemplo, comprar un bien para ponerlo a producir. En general, no tenemos una cultura de inversión pero esto es fundamental para tener prosperidad financiera. Para invertir, primero hay que tener el hábito de ahorrar. Pídele a Dios sabiduría en esto.
9.- Sé vigilante de la marcha de tu empleo y/o negocio, y de tu casa: haz seguimiento y evaluación
de cómo está funcionando todo. No basta con desarrollarte, esforzarte, prevenir,
etc., es necesario monitorear cómo se desenvuelven las distintas áreas.
10.- Sé honorable: paga tus cuentas al día, cumple lo que prometes,
que tu palabra sea “un documento” como reza el dicho. En Romanos 13:7 nos lo
dicen con claridad: “Pagad a todos lo que debáis; al que impuesto, impuesto; al
que tributo, tributo; al que temor, temor; al que honor, honor”.
10.- Vístete bien, con
prendas de calidad y con armonía y buen gusto: esto es una consecuencia de
tener hábitos para lograr prosperidad financiera, tener recursos para vestirse
bien. Además lo veo como un consejo que nos viene bien. Para bien o para mal,
nuestra forma de arreglarnos transmite una imagen a los demás y nos conviene
que nuestra apariencia sea una excelente carta de presentación. Hay programas de
televisión, videos gratuitos que nos pueden ayudar a arreglarnos y presentarnos
de manera agradable y profesional. También podemos fijarnos en las
combinaciones de ropa que exhiben en las tiendas. Siempre recordando el decoro
que debe caracterizarnos.
11.- Sobre todas estas cosas, teme a Dios que es el principio de la
sabiduría, y lograrás honra y prosperidad.
Hay
más lecciones financieras en la Biblia, muchas de ellas en todo el libro de
Proverbios. Una promesa de prosperidad (espiritual y material) es meditar en
las Escrituras para obedecerlas (Josué 1:8 y 9, Salmo 1).
¿Te
sirvieron estos consejos? ¿Hay alguno que consideras más importante?
¿Aprendiste algo nuevo? ¿Nos compartes algún consejo financiero que hayas
encontrado en la Biblia?
¡Que
Dios te bendiga grandemente!
Referencias:
Sagradas
Escrituras – Reina Valera 1960
Covey,
Stephen (2006). Grandeza para cada día. Editorial Grupo Norma.
Robbins,
Anthony (1992). Controle su Destino. Editorial Grijalbo Mondadori.
Nota:
los libros no-cristianos que cité son para examinarlos cuidadosamente, retener
lo bueno y desechar lo malo (1 Tesalonisenses 5:21)
Importante enseñanza.
ResponderEliminarSeguiré escudriñando tu blog.
Dios te continúe bendiciendo.
Abel mil gracias, es un honor para mi, me encanta tu blog.
ResponderEliminarQue el Señor te continúe bendiciendo también a ti.